¡No soy un animal! gritaba Kirk Douglas en 1960, en su memorable interpretación del esclavo rebelde. Dirigida por Kubrick, "Espartaco" se convirtió en una de las imprescindibles del género, y la imagen de Douglas liderando la rebelión de los esclavos se grabó en la retina de varias generaciones de espectadores. Ahora, en un mundo que poco tiene que ver con aquel del comienzo de los Beatles y la guerra fría, el concepto del esclavo levantisco se reconvierte en formato de serie, no de película; y francamente, el nuevo Espartaco SÍ es un poco animal.
"Espartaco: Sangre y Arena" es la historia más gráfica y visceral sobre el esclavo más cinematográfico del Imperio Romano. Narra la historia de Espartaco, primero como tracio libre y después traicionado por Roma; separado de su amada esposa, convertido en esclavo y después renacido como gladiador. Con un reparto estelar (Andy Whitfield, John Hannah...) esta serie presenta una mezcla única de acción, espectaculares efectos visuales al estilo de "300", y brutales batallas, en las que la sangre es el plato del día. Además, son frecuentes las escenas eróticas, casi explícitas. ¿Se trata de la idea de plasmar con realismo una época brutal o de simple y puro morbo?
La serie se estrenó con éxito en la cadena norteamericana Starz en 2010, y de momento cuenta con una primera temporada de 13 capítulos (en nuestro país podemos seguirla en Canal+ y en la cadena Cuatro). Fue renovada para una segunda temporada, pero el rodaje se pospuso debido a que un linfoma obligó a Whitfield, (Espartaco), a retirarse del proyecto. Durante este tiempo, aprovechando el tirón comercial, se rodó una precuela de la historia:"Spartacus: Gods of the Arena". Debido a complicaciones en su enfermedad, y a la imposibilidad de que se reincorporara a tiempo al rodaje, finalmente Whitfield ha sido sustituido por el actor Liam McIntyre.
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